Cirugía de la Nariz en Puebla

Procedimiento: La rinoplastia o Cirugía de la Nariz es el procedimiento quirúrgico para remodelar el formato de la nariz, y es una de las cirugías más frecuentes realizadas en cirugía plástica.

La rinoplastia puede disminuir o aumentar el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta o del dorso, estrechar los orificios nasales o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior. También corrige los problemas congénitos, los traumatismos y algunos problemas respiratorios.
Durante la cirugía, la piel de la nariz se separa de su soporte, compuesto por hueso y cartílago, que es esculpido con la forma deseada.

Finalmente, la piel es re-distribuida sobre este nuevo soporte. Este procedimiento se puede realizar desde dentro de la nariz, haciendo unas pequeñas incisiones en el interior de los orificios nasales, o realizar una rinoplastia abierta, sobre todo para los casos complejos, en la que se realiza una pequeña incisión en la columuela.

Al finalizar la cirugía, se coloca una férula que ayudara a mantener la nueva forma de la nariz.
También se colocan tapones nasales en ambos orificios para evitar el sangrado y estabilizar el tabique nasal.

Duración: Suele durar entre 1 y 2 horas, aunque en casos complejos puede llevar más tiempo.

Anestesia: Puede realizarse bajo anestesia local más sedación, o lo que es más frecuente, con anestesia general, dependiendo de la complejidad de la cirugía.

Hospitalización: Procedimiento que se realiza siempre en quirófano. La facilidad de la medicina hoy en día nos permite hacer este procedimiento de forma ambulatoria, dándose el alta unas horas después de cirugía.

Posibles efectos secundarios y riesgos: La rinoplastia puede afectar el área que está alrededor de los ojos, por lo que podría tener un entumecimiento temporal, hinchazón o decoloración alrededor de los párpados durante unas semanas. Algunos riesgos que pueden presentarse son el sangrado, infecciones, cicatrización anormal (queloide) y adormecimiento. Ninguno de estos es predecible.

Recuperación: El paciente podrá retomar sus actividades diarias después de 1 o 2 semanas dependiendo el caso, en el caso de actividades que involucren mayor esfuerzo como ejercicio podrá hacerlo después de 6 semanas aproximadamente.

Resultados: El resultado final del procedimiento no será visible hasta que la inflamación desaparezca por completo, estamos hablando de unos 6 meses a 1 año máximo.

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